Pasado, presente y futuro en la conducción de energía

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Acerca de IMSA, uno de los fabricantes de cables más importantes del país y la región.

Desde el año en que fue fundada (1947), Industria Metalúrgica Sudamericana, más conocida como IMSA, dedica sus esfuerzos a las necesidades de la conducción de la energía mediante la fabricación y comercialización de cables eléctricos para baja, media y alta tensión, desnudos y aislados, unipolares y multipolares; y alambres esmaltados y metales semielaborados de alta calidad, en concordancia con las normas nacionales e internacionales más severas.
De la mano del italiano emprendedor Domingo Tarditi, comenzó trefilando hierro y rápidamente sumó la trefilación y esmaltación del alambre de cobre. En la actualidad ya se erige como uno de los principales fabricantes del país, con dos grandes gamas de productos: cables eléctricos para todas las tensiones y conductores para usos electromecánicos. La oferta incluye soluciones para instalaciones industriales (potencia), domiciliarias y comerciales; instrumentación y comando, y líneas aéreas, además de cables especiales para las industrias minera, de petróleo y gas, y energías renovables. Respecto de los conductores para usos electromecánicos, las opciones son alambres esmaltados; planchuelas y redondos aislados; trefilados y planchuelas desnudas, y alambrón de cobre.
En la actualidad ya se erige como uno de los principales fabricantes del país, con dos grandes gamas de productos: cables eléctricos para todas las tensiones y conductores para usos electromecánicos
 
Don Domingo Tarditi, italiano de 45 años de edad, compra la sociedad, en aquel entonces S.R.L., a sus fundadores.
La posibilidad de realizar ella misma todos los procesos productivos, desde la trefilación del metal hasta todo tipo de aislaciones, son quizá las mejores cartas con las que cuenta la empresa para ganar en el juego del mercado eléctrico. Su sede, ubicada en la localidad de Merlo, ocupa 50.000 m2, de los cuales más de 40.000 son cubiertos: espacio suficiente para albergar maquinarias, ensayos y oficinas. Y desde ahí, su llegada a todo el país y la región está sin dudas favorecida por la presencia de sucursales de IMSA en Córdoba y en Rosario, ambas históricas: en la ciudad de Lionel Messi, IMSA está desde 1968, y en la provincia de Julián Álvarez, desde 1971. El espíritu de campeón la lleva a estar presente también en Uruguay y Brasil, a través de Neorol y Condutores do Sul, respectivamente.
Un promedio de producción de cables de 25.000 toneladas por año da cuenta de la envergadura de la empresa. Su afán por resolver problemas de los clientes y animarse a asumir desafíos le dieron experiencia y capacidad de simplificar situaciones complejas. Tal es el caso de la apuesta a cables y conductores para el mercado petrolero o minero, cuyas características constructivas son más exigentes, y están disponibles desde 2015 y 2008, respectivamente. Tales hitos se sumaron a otros que ya venían marcando el espíritu de la marca: en 1968, comenzó con la producción de cables de aluminio; en 1980, con el compuesto de PVC; en 2010, con las opciones para líneas aéreas de alta eficiencia, y en 2011, con el primer cable transpuesto.
Un promedio de producción de cables de 25.000 toneladas por año da cuenta de la envergadura de la empresa
Los alambres esmaltados de cobre y aluminio para bobinajes, disponibles en una gama completa de diámetros y clases térmicas que IMSA misma fabrica, son los que le garantizan mejores características de aislamiento eléctrico y resistencia tanto mecánica como térmica, así como los barnices de impregnación. También es variada la oferta de conductores rectangulares y planchuelas de cobre o aluminio: desnudas, esmaltadas, forradas en papel, nomex, mica-epoxi y conductor transpuesto continuo (CTC).
La certificación de calidad ISO 9001 y el aval de IRAM, IQNET e INMETRO avalan la calidad de los elementos y abren la puerta en los mercados. De todas maneras, calidad y variedad de productos no son suficientes para el desarrollo de una empresa. La rapidez en la asistencia es un factor importante, aquel que permite al cliente ganar confianza en que lo que necesita estará disponible. El equipamiento de tecnología actualizada, los sistemas de control continuo y el personal calificado son los factores que se encuentran detrás de la oferta de la empresa y están a la altura de los servicios y productos que fabrica. Y así fue desde siempre: IMSA sumó un laminador de cobre en caliente en 1962, una línea de vulcanización en 1983 y una línea catenaria en 1985.
Es dable destacar que la envergadura de IMSA la impulsa a asumir un compromiso con la comunidad, aportando para ella mejoramiento social, económico y ambiental
Por último, es dable destacar que la envergadura de IMSA la impulsa a asumir un compromiso con la comunidad, aportando para ella mejoramiento social, económico y ambiental. La planta se enorgullece de dar y haber dado trabajo a generaciones de empleados, y ya es parte de la tradición hacer actividades de integración familiar y a la vez, participar activamente en las propuestas vecinales de escuelas, bomberos, policía, hospitales y hogares infantiles.
El sistema de pasantías la conecta directamente con universidades y escuelas técnicas de Merlo, Morón y Moreno, y para estudiantes de todo el país están abiertas las puertas para que conozcan en persona el funcionamiento productivo, comercial y administrativo.
Respecto del medioambiente, el respeto está garantizado por el cumplimiento de las normas que deben acatar las empresas que operan con materiales contaminantes. Cuidado con los desechos y prácticas para reducir los desperdicios son moneda corriente y responden no solo a una exigencia sino también a un deseo: que el clima laboral sea mejor para todos y todas, para la empresa y para el barrio.

Por IMSA
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