“El futuro es la electrificación” se escucha decir muy a menudo, y no está lejos de ser verdad: cualquier nueva tecnología que se desarrolla se vale de la energía eléctrica y cualquier perspectiva de crecimiento social deberá poner este tema en la agenda de debates. La principal cuestión queda en averiguar cuán lejano es ese futuro para nosotros, y cuáles son los pasos que debemos seguir para acercarlo.
Un uso más extendido de la energía eléctrica exige una reformulación en su generación y distribución, también en su consumo. Que el aumento de aparatos eléctricos no implique el aumento de consumo parece ser la premisa que guía a los centros de investigación, las empresas, los gobiernos y los acuerdos internacionales en todo el mundo.
La clave del futuro puede estar en la eficiencia energética, y entonces la medición y el control del consumo se convierten en tareas cada vez más necesarias, ya que a partir de ellas es posible recabar datos reales y tomar decisiones más acertadas a la hora de buscar una mejora.
En el marco de un planeta castigado, atravesado por el cambio climático y sus consecuentes fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, la generación de energía se convierte en otro de los focos. Si se quiere andar con energía eléctrica, entonces es menester considerar que esta debe provenir de fuentes lo más inagotables posible, como es el caso del viento, del sol y hasta del mar. Y esto abre las puertas a la distribución inteligente, a que los usuarios sean también proveedores de energía.
Mucho se puede hablar de la digitalización, de internet de las cosas, de inteligencia artificial, y de cualquier otra vanguardia tecnológica, pero siempre será en el aire si no se piensa a la par en resolver cuestiones acuciantes respecto de cómo generamos, distribuimos y consumimos la energía.
En esta edición, el lector encontrará un compendio de artículos que permiten conocer el panorama actual del sector energético en Argentina. La industria está preparada con productos, servicios y conocimientos.
Un uso más extendido de la energía eléctrica exige una reformulación en su generación y distribución, también en su consumo. Que el aumento de aparatos eléctricos no implique el aumento de consumo parece ser la premisa que guía a los centros de investigación, las empresas, los gobiernos y los acuerdos internacionales en todo el mundo.
La clave del futuro puede estar en la eficiencia energética, y entonces la medición y el control del consumo se convierten en tareas cada vez más necesarias, ya que a partir de ellas es posible recabar datos reales y tomar decisiones más acertadas a la hora de buscar una mejora.
En el marco de un planeta castigado, atravesado por el cambio climático y sus consecuentes fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, la generación de energía se convierte en otro de los focos. Si se quiere andar con energía eléctrica, entonces es menester considerar que esta debe provenir de fuentes lo más inagotables posible, como es el caso del viento, del sol y hasta del mar. Y esto abre las puertas a la distribución inteligente, a que los usuarios sean también proveedores de energía.
Mucho se puede hablar de la digitalización, de internet de las cosas, de inteligencia artificial, y de cualquier otra vanguardia tecnológica, pero siempre será en el aire si no se piensa a la par en resolver cuestiones acuciantes respecto de cómo generamos, distribuimos y consumimos la energía.
En esta edición, el lector encontrará un compendio de artículos que permiten conocer el panorama actual del sector energético en Argentina. La industria está preparada con productos, servicios y conocimientos.
¡Que disfrute de la lectura!
Todas las publicaciones de:
Publicado en:
Número:
Mes:
Año:
Palabra clave: