Nuestra otra cara | Ingeniero y músico a tiempo completo

 
Ricardo Sánchez-Peña es investigador de CONICET en el área de control automático y director de Investigación y Doctorado en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Su carrera está plagada de desarrollos importantes que, junto con él, han cruzado las fronteras del país.
La profesión le depara nuevos desafíos constantemente. De hecho, actualmente es director del proyecto Páncreas Artificial, por el cual en más de una ocasión ocupó espacios en medios masivos de comunicación. Pero entre papers y congresos, laboratorios y bibliotecas, Ricardo ha logrado desarrollar otra de sus pasiones: la música, la guitarra. Como a muchos de su generación, la primera inspiración fueron Los Beatles, ellos encendieron la llama que luego, con estudio y práctica, nunca se apagó.

¿Hace cuánto tiempo que toca la guitarra?
Tuve varias etapas, desde las clases de folklore con la profesora del barrio, hasta mis cinco años en el conservatorio aprendiendo guitarra clásica y finalmente seis años con un profesor de blues (Rafa Nasta) y dos con un profesor de slide (Gabriel Grätzer). [Slide. Tubito de vidrio o metálico que va en el dedo y que desliza por las cuerdas].

¿Qué tipo de guitarra toca?
Inicialmente y durante mis años de conservatorio, con guitarra española, llegué a tener una Estrada Gómez. Luego ya me dediqué a la guitarra eléctrica y actualmente tengo una Fender electroacústica, una Gibson 335, una PRS y una Fernandes.

¿Qué sensaciones le produce tocar la guitarra?
Me gusta sobretodo la improvisación sobre alguna base rítmica o melódica y me sirve para ‘soltarme’, es una manera de expresión, más críptica, pero de expresión al fin.

¿Con qué frecuencia se dedica a ella?
Cuando estudiaba en el conservatorio lo hacía cuatro horas diarias. En esa época cursaba Ingeniería, así que dormía poco. Durante mis años de estudio de blues tocaba una hora diaria y si viajaba por más de una semana a alguna conferencia o por trabajo me iba con la guitarra (llegué a tocar en una jam session en Ottawa). Ahora toco dos o tres horas por semana.

¿A qué estilos musicales se dedica?
En mis años de conservatorio me gustaba mucho el barroco, Bach, Händel, Vivaldi. Ahora fundamentalmente, rock, blues y si puedo, un poco de jazz/blues en el estilo de Robben Ford, Larry Carlton o Cris Cain.

¿Forma parte de alguna banda musical? ¿Realizó presentaciones públicas con la guitarra?
Tuve varias bandas. Más recientemente, junto con otros investigadores de CONICET, armamos The Deadlines y tocamos en la fiesta de fin de año del ITBA. Toqué varias veces como guitarrista invitado para otras bandas de rock. Ahora estoy ‘banda-less’ [sin banda].

¿Cuáles son sus proyectos con la guitarra?
Seguir aprendiendo. Mi próximo paso será tomar clases con un blusero argentino excelente que se llama ‘Alambre’ González. Me gustaría armar nuevamente una banda de blues y rock.

¿Alguna anécdota que quiera contar?
Cuando estudiaba con Rafa, llegué a la clase y me dijoce que se acababa de ir Luis Salinas, ya que son muy amigos. Luis le había dejado la guitarra, una Les Paul negra, porque después tenía un concierto en el Gran Rex y la pasaría a buscar al día siguiente. El Rafa me dejó tocar con la Gibson de Salinas durante toda esa clase, ¡un verdadero lujo!

¿Qué le diría a alguien que quiera imitarlo?
Que, como a todo en la vida hay que dedicarle mucho tiempo, pero que la satisfacción cuando uno realmente puede disfrutarlo luego de la etapa de aprendizaje inicial, es enorme. Además para nosotros los ‘ingenieros’, es una excelente forma de expresarnos, de compensar.

 

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