Seguridad eléctrica | Evitemos siniestros y eventuales desgracias irreparables

 
Por Felipe Sorrentino
Asaesor de dirección de CADIME
(Cámara Argentina de Distribuidores de Materiales Eléctricos)
La seguridad eléctrica, un tema prioritario para evitar siniestros y eventuales desgracias irreparables

“Un docente recibió una descarga eléctrica en una escuela de La Plata” es el título de una de las notas publicadas en el diario Clarín del pasado 13 de agosto. Y luego agrega como copete “Ocurrió en la Escuela Especial 516 de Melchor Romero. Fue al intentar correr un mueble de metal”. Para que el lector tenga más detalles, el texto de la nota en cuestión se reproduce a continuación:

Un docente de una escuela especial de la ciudad de La Plata recibió una fuerte descarga eléctrica mientras intentaba correr un mueble de metal, aunque se encuentra bien y fuera de peligro.
El hecho ocurrió en la mañana de este lunes [13 de agosto de 2018] en la Escuela Especial 516 de la localidad de Melchor Romero, ubicada en la calle 161 entre 515 y 516. La descarga se produjo tras mover un fichero y tocar un enchufe.
El docente fue asistido inmediatamente por el SAME La Plata y los médicos constataron que se encontraba en buen estado de salud.
“No tuvo pérdida de conocimiento ni dificultades respiratorias. Se le hicieron todas las atenciones correspondientes y estaba todo normal, pero quiso ir por sus medios al Hospital Italiano por la ART”, contó Enrique Rifourcat, titular del SAME, en declaraciones a TN.
El hecho se produce en medio de los reclamos por las condiciones edilicias de varias escuelas de la provincia de Buenos Aires, que surgieron con más fuerza tras la muerte de una vicedirectora y de un auxiliar luego de una explosión por un escape de gas en una escuela del partido de Moreno.

Esta noticia nos moviliza y nos impulsa a insistir en el cumplimiento irrestricto del Reglamento de Instalaciones Eléctricas en Inmuebles y Lugares de Pública Concurrencia, publicado por la AEA (Asociación Electrotécnica Argentina), tanto en el proyecto y ejecución como en la verificación.
Por lo pronto, podemos mencionar que de la noticia antes citada es posible descubrir qué le faltó a la instalación eléctrica en cuestión para que sea segura y se evite el siniestro:

  • La correcta puesta a tierra en toda la instalación y en los tomacorrientes (fue justamente un enchufe el elemento que provocó la descarga eléctrica), con cable aislado verde-amarillo de las secciones adecuadas (mínimo 2,5 milímetros cuadrados).
  • Colocación de interruptores diferenciales (disyuntores) de treinta miliamperes en todos los circuitos o como cabecera, verificando su funcionamiento con el botón de test cada seis meses o lo que indique cada fabricante.
  • Colocar interruptores termomagnéticos (térmicas) en todos los circuitos y como interruptor general de cada tablero, para que actúe en caso de cortocircuito o sobrecarga.
  • Verificar el calentamiento de contactos y reapretar los contactos de los elementos de cada tablero en forma periódica. Lo ideal es que una vez instalado se realice la verificación y reapretado de contactos a los tres meses de su puesta en funcionamiento y luego cada doce meses cómo mínimo.

Los aquí mencionados son requisitos mínimos de seguridad (RES) que se deben cumplir en todas las instalaciones, exigidos y verificados por los municipios o por los entes de aplicación y control en cada uno de los ámbitos que correspondan.
Por supuesto, es imprescindible utilizar en las instalaciones materiales eléctricos certificados conforme a la Resolución 169/2018, que exige su marcación en productos, empaques, folletos y toda publicación relacionada con ellos. Todo aquel producto que no cumpla con estas condiciones, no se podrá comercializar. Asimismo, las instalaciones deben ser proyectadas y realizadas por un profesional matriculado o registrado conforme a su incumbencia técnica.
Hay que tener en cuenta que en los lugares de pública concurrencia es imprescindible respetar estos requisitos, como es el caso de esta escuela de La Plata y de otras similares de todo el país. Si en lugar de una persona adulta como el maestro, hubiera sido un chico el protagonista de esa misma situación, estaríamos lamentando una consecuencia más grave y no haber hecho lo que correspondía para evitarlo. Cuidemos nuestras vidas y la de nuestros semejantes, ¡no tenemos excusas para no hacerlo!

 

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