A la hora de invertir en las luminarias, no se debe considerar únicamente el precio de compra, también se debe pensar en la calidad y que deben estar certificadas. Las luminarias de producción nacional permiten maximizar la eficiencia de la inversión y minimizar los riesgos de accidentes eléctricos.
Desde la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL) señalan cuáles son los riesgos del ahorro cortoplacista en la instalación de luminarias.

El precio de compra es solo la punta del iceberg. El verdadero costo se vislumbra a lo largo de la vida útil, considerándose diversos factores como la eficiencia energética, la durabilidad, el mantenimiento y el rendimiento consistente.
La eficiencia energética se traduce en facturas de electricidad más bajas mes a mes, ya que producen más luz por watt consumido. Más luz a menor costo. Los productos de calidad tienen una vida útil más larga, reduciendo la frecuencia de recambio y, por lo tanto, los costos asociados a la compra e instalación de nuevas unidades. Las luminarias bien diseñadas y fabricadas requieren menos mantenimiento, lo que disminuye los costos operativos a largo plazo. Esto impacta en la calidad y el rendimiento de la luminaria estable al evitar la degradación prematura y los reemplazos anticipados.

La seguridad eléctrica no es un lujo, es una necesidad a la que, tanto las personas, como los municipios y las empresas, deben atender. Las luminarias de calidad ofrecen protección contra el sobrecalentamiento; aislamiento eléctrico adecuado; compatibilidad con sistemas eléctricos y electromagnética, y cumplen con las normas aplicables. Todos estos factores hacen que la seguridad eléctrica sea un aspecto innegociable al momento de seleccionar las luminarias e invertir en iluminación.

Los artefactos de iluminación que se comercializan en el país deben cumplir con la normativa de seguridad eléctrica según la resolución 169/2018 de la Secretaría de Comercio. Quienes deciden la compra pueden verificarlo mediante el sello de seguridad eléctrica que es la prueba de que el producto se fabricó bajo las condiciones correctas y fue testeado y aprobado por un laboratorio reconocido por el Organismo Argentino de Acreditación (OAA), lo que permite su comercialización en el país. Las fábricas argentinas de luminarias asociadas a CADIEEL cumplen con todos los estándares de calidad y seguridad para asegurar el éxito de la inversión.

La certificación implica que el producto y los procesos productivos han pasado por rigurosos controles de calidad, cumpliendo con estándares nacionales e internacionales. Además, los productos nacionales se diseñan considerando las regulaciones y condiciones específicas del país, adaptados a los usos y costumbres locales. Consumir insumos elaborados por industrias nacionales fomenta el empleo y el desarrollo tecnológico nacional, contribuyendo a la economía local y mejorar así la forma de vida de los argentinos y argentinas.
Cabe destacar también que las fábricas argentinas están enraizadas en la comunidad y tienen fuertes inversiones que las comprometen a ser cada vez mejores.

Ha quedado demostrado por ensayos realizados por la Comisión de Iluminación de CADIEEL el incumplimiento de normas de seguridad y calidad de ciertos productos presentes en el mercado. Esto conlleva a un consumo de electricidad mayor o menos eficiente, además de la posibilidad de generar problemas de seguridad eléctrica, incompatibilidad electromagnética y otros costos ocultos que se descubren tardíamente.
Elegir luminarias de calidad, nacionales y certificadas es una inversión a largo plazo en seguridad, eficiencia y responsabilidad en la administración de los recursos, tanto públicos, como privados. El ahorro inicial, cortoplacista, aumenta los riesgos de un costo total mayor a largo plazo. Invertir en calidad hoy significa ahorrar recursos, prevenir riesgos y contribuir a un futuro más eficiente y seguro para todos.